jueves, 5 de marzo de 2009

எல் பரிசோ பெர்டிடோ

El paraiso Perdido

Un socialista comprometido, el hijo de un activista socialista, Malcolm Muggeridge y su esposa Kitty desplegaron las velas desde Inglaterra en 1932 hacia el “paraíso socialista”, la Unión Soviética. Ellos habían arrojado al mar la mayoría de sus accesorios burgueses-su smoking, su único vestido largo, la mayoría de sus libros, y su licencia de matrimonio. Kitty estaba embarazada, y estaban contentos de que su hijo nacería como un ciudadano soviético.1

Stalin estaba en el poder, y el entusiasmo por el “gran experimento soviético” corría alto en Inglaterra. Muchos americanos se unieron a la celebración, halagados por los reportes entusiastas de Walter Durantey, corresponsal del New York Times quien había ganado el premio Pulitzer.2 Ahora Muggeridge añadiría su propia voz como escritor del Manchester Guardian.

Los Muggeridge esperaban que Rusia sea la “ciudad celestial”. En lugar de eso, encontraron pobreza e inmundicia, campos de trabajo, y hambrunas planeada.3 Muggeridge aprendió que los rumores de ciudadanos “desaparecidos” eran ciertos, que los enemigos del estado eran llevados a campos de trabajo o inmediatamente ejecutados. Y la censura era la regla; un oficial incluso le dijo, “Usted no puede decir eso porque es verdad”.4 La realidad era tan sombría que tenía que ser brutalmente suprimida.

Muggeridge estaba asombrado de que sus colegas visitantes (y “colegas viajeros”) del occidente defendían a Stalin. Él luego escribió

pobres pequeños maestros, clérigos y millonarios enloquecidos, académicos llenos de tontería y corresponsales muy especiales como [William] Duranty, todos resueltos a creer cualquier cosa, sea lo que sea, sin importar cuan vil, para aprobar cualquier cosa, sin importar cuan absurdo, a pasar por alto cualquier cosa, sin importar cuan obscurantista y brutalmente autoritaria sea, a fin de poder preservar intacta la confiada expectativa de que a una de las tiranías mas totales, crueles y sangrientas que jamás haya existido en la tierra se le pueda confiar la defensa de la libertad humana, la hermandad del hombre, y todas las otras buenas causas liberales a las cuales habían dedicado sus vidas.5

Sin permiso, Muggeridge viajó por tren a través del Cáucaso del Norte y Ucrania, el “cesto de pan” de Rusia, y fue testigo de los horrores del hambre fabricado. Negando a los agricultores campesinos el fruto de su labor, Stalin doblegó su resistencia a un control absoluto del estado. (Un estimado de 6 millones de campesinos murió de hambre durante la Gran Hambruna de 1932-33.) 6 El reportaje valiente de Muggeridge llegó a salvo a Inglaterra a las manos de un mensajero gubernamental, y en poco tiempo, el Manchester Guardian despidió a su corresponsal por haber contado la mala noticia.

Los científicos políticos y economistas pueden detallar las deficiencias del Comunismo, hoy en día desacreditado a través del mundo. El Comunismo fracasó en la base, porque su teología, o más bien su a-teología, estaba en la bancarrota. Buscaba reemplazar a Dios con el estado. Ignoraba el hecho de que la vida es preciosa porque las personas son hechas a la imagen de Dios. Ignoraba la doctrina del pecado original, confiaba en la tiranía en vez de en un sistema de frenos y balances. Sistemáticamente aconsejaba el desdén por la ley de Dios, incluyendo sus requerimientos contra la blasfemia, el robo, el asesinado, y la calumnia. Es una gran mentira sostenida por grandes mentirosos. Muggeridge encontró la verdad, y le hizo libre. (Décadas después, Muggeride encontró la fe en Cristo, la verdad absolutamente liberadora, pero esa es otra historia.)



Notas al pie:

1 La mayoría de esta historia puede encontrarse en Malcolm Muggeridge, Chronicles of Wasted Time: An Autobiography [Crónicas del tiempo perdido: una autobiografía] (Washington, D.C.: Regnery Gateway, 1973), 205-276.

2 “Duranty aseguró a sus lectores de que ‘no hay hambruna ni hambre verdadera, ni es probable que lo haya’. Además culpó los reportes de los contrarios como ‘fábricas de rumores’ con prejuicio anti-soviético”. Thomas Sowell, “Poverty and the Left,” (“La pobreza y la izquierda”,) Controversial Essays [Ensayos controversiales] (Sanford, CA: Hoover Institute Press, 2002), 92, http://www-hoover.stanford.edu/publications/books/fulltext/controversial/part3.pdf.

Artículo tomado de Kairos Journal una pagina solo para pastores.

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