Es viernes, estoy en una actividad en algun lugar en Miami, de repente, mi esposa me extiende el teléfono en la mesa en que estamos junto a otras personas, me dice en voz baja, te llama la secretaria del alcalde de Opa locka.
Opa locka es una ciudad de estructura arabesca, con una proporción alta de afroamericanos, la proporción de hispanos ha estado creciendo, la de hindúes y árabes se mantiene quizas por la connotacion que tiene la ciudad, con su arquitectura de casas y edificios árabes. Tomo el teléfono y contesto, uso mi mejor inglés, el que aprendí en mi pais y perfeccioné aqui, producto de un año de estudios en una escuela pública nocturna, y el sacrificio de pasarmela oyendo radio en inglés. La joven, a la cual he visto varias veces en mis reuniones con el alcalde de la ciudad; pastor, me dice ella en su inglés perfecto, el lunes 16 se le pondrá el nombre del presidente Obama a una de las calles de la ciudad, y el alcalde de la ciudad quiere que usted tenga la oración por el Estado.
Por el momento no me doy cuenta del tamaño del compromiso, en el momento no entiendo la magnitud de la petición, pero le digo que sí y de paso, le digo que le diga al alcalde que me siento honrado por pensar en mi, siento que ella esboza una sonrisa que ni siquiera disimula, me dice se lo diré, cuelgo el teléfono y le comunico la noticia a los comensales que allí están y a mi esposa, todos hispanos, lanzan gritos de júbilo, me siento bien, pero aun no siento que eso tenga una gran connotación. Han pasado los dias y a medida que se acerca la fecha, en una iglesia, álguien me dice que el presidente estará alli, y qué importante es que haga eso.
Hace muchos años, un hombre expresó que tenia un sueño, de repente ahora el sueño se ha cumplido, y junto con el sueño, despertamos a la realidad de que América ha cambiado, que los hispanos, somos parte de la cuenta, pero ya no solo para trabajar o ser perseguidos, sino para orar en actos oficiales y tomar desiciones en áreas poblacionales de alta densidad de Negros o Blancos.
Que Dios les bendiga, Su hermano y amigo
Dr. Andres Martinez
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